Mantenimiento preventivo de edificios

Mantenimiento preventivo de edificios

Cuando hablamos de la conservación de un edificio podemos encontrar diferentes tipos de mantenimiento. Hoy queremos hablaros sobre el mantenimiento preventivo de edificios y en qué consiste.

Cuando nos referimos al mantenimiento preventivo de edificios hablamos de aquel que está destinado a su conservación a través de la realización de revisiones y reparaciones periódicas que garantizan el correcto funcionamiento y fiabilidad. El mantenimiento preventivo se realiza en edificios en condiciones de funcionamiento y uso.

¿En qué consiste el mantenimiento preventivo de edificios?

El mantenimiento preventivo está basado en la realización de revisiones de manera periódica de ciertos aspectos del edificio para, de este modo, prevenir de una forma anticipada el posible deterioro de los elementos, fruto del uso y agotamiento de la vida útil de los componentes, partes, piezas, materiales y en general, elementos que forman toda la infraestructura o planta física del edificio. Gracias a este tipo de mantenimiento podemos permitirnos tanto la recuperación como la restauración, renovación y operación continua, de una forma confiable, segura y económica para sus propietarios, sin aportar o aumentar valor al edificio.

Son procedimientos típicos de este tipo de mantenimiento preventivo de edificios, como pueden ser las inspecciones y sus respectivas revisiones realizadas de forma periódica, la puesta en marcha y parada de ciertos elementos e instalaciones que posea el edificio o comunidad de vecinos como puede ser la caldera o la piscina, la limpieza de todo el recinto de manera tanto técnica como higiénica, todas las operaciones de mantenimiento y reparación del mismo modo que contempla las sustituciones de los pequeños elementos fungibles que así lo requieran.

De un correcto mantenimiento de comunidades y edificios no sólo depende un funcionamiento de forma eficiente, sino que, es necesario llevarlo a cabo para lograr otros objetivos como alcanzar periodos duraderos de vida útil, y no sobrepasarse en el presupuesto destinado a mantenimiento del edificio y evitar tener que realizar una “derrama”.

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